Mi primer Grammy

No se fijen en la imagen. Tiene un por qué.

Esta es la historia de mi primer Grammy.

Fui invitado a la entrega de los Grammys. Por algún motivo que desconozco, la ceremonia se realizó en Argentina, pero todos los miembros del showbusiness estaban presentes. Cuando llego y me siento, me encuentro con varias caras conocidas: Nick Katona, Colin Tench, entre otros. Mi asiento estaba en una de las últimas filas, pero como el teatro tenía una pendiente y era escalonado, el escenario se veía perfecto. Además, había una pantalla gigante que retransmitía todo lo que pasaba en escena.

La ceremonia comienza, pero tiene una particularidad: Nadie sabe en qué categoría está nominado. Todos fueron invitados, igual que yo, pero cuando el presentador anuncia el premio, simplemente dice quién fue el ganador. Los nominados nunca se saben. Es toda una experiencia, porque cualquiera podría ganar por cualquier categoría!

Un EmmyGrammy

Van pasando los premios: Se suben los presentadores y fueron diciendo “El ganador de mejor actriz de reparto es…”, “El ganador a la mejor banda sonora es…” y los ganadores se van subiendo a aceptar sus premios. Nunca se supo quienes eran los otros nominados. La particularidad es que estamos en la entrega de los Grammys, pero algunas categorías son para Oscars o para Emmys. Eso si, el trofeo que les dan a los ganadores era el de los Emmys, con el ángel en vez del gramófono.

Pasan los premios, y todos los premios en donde yo podría haber estado nominado fueron para otra persona. De cualquier manera, nadie sabía en qué premios uno estaba nominado, asi que tampoco podrían sentirse desilusionado. Asi fueron pasando “Artista Revelación“, “Single del Año“, “Mejor Producción Musical” y cualquier otro que remotamente podría habérseme cruzado por la cabeza.

Entonces, Celeste Gonzalez y Daniela Rodríguez, quienes protagonizaron V.II, subieron al escenario a entregar el próximo premio. Y con enorme emoción, anunciaron el próximo ganador:

El ganador del premio a Mejor Edición de Audio es…. Andrew!! por “House of Music”

Asombrado, crucé todo el teatro hacia el escenario, saludando gente en el camino, emocionado de haber ganado un Grammy y un poco confuso por haberlo ganado por una película en la que nunca trabajé. Me asombró que no hubiera sido por V.II, en especial porque Daniela y Celeste eran las que lo presentaban.

Me subí al estrado, tomé el Grammy con forma de Emmy en las manos, y en chiste, agradecí a la Academia por haberme entregado el Oscar a Mejor Actor. Como nadie del público rió, me di cuenta que no fue una buena idea abrir con un chiste y seguí con mi discurso, que fue muy correcto, bonito y breve. Cuando volví a mi asiento, tenía que cumplir con el protocolo y sacarme una selfie para Instagram como hacían todos los demás. Me di cuenta que mi teléfono estaba cargándose en el primer piso, asi que tenía que subir a buscarlo. Y además, tenía que comprarme una Coca Cola de 600 ml.

La foto de Matthew es meramente ilustrativa.

Cuando intento salir del teatro para comprar la botellita de Coca Cola, en el primer escalón de la escalera había un grupo de personas detrás de un fuerte hecho con cajas de DVDs, que amablemente me indicaron que no podía salir del recinto con el premio en mano, que tenía que dejarlo ahi. Como había otros 15 o 20 premios detrás del fuerte, se lo dejé y salí a buscar mi Coca Cola, con la idea de luego volver, buscar mi teléfono y sacarme la selfie protocolar.

Cuando vuelvo al teatro, me encuentro con el hall de entrada completamente vallado, y con una cinta amarilla policial de las escenas de crimen. Cuando le pregunté a las autoridades qué había pasado, me informaron que habían sido víctimas de un robo, y que la gente en la escalera había robado más de 400 premios EmmyGrammy y habían desaparecido sin dejar rastros. Se asumía que era parte de una movida del tráfico de premios.

Después de pensar por un minuto, me acerqué al teniente y le digo:

¿Por qué no prendemos los chips GPS que tiene incorporado cada premio? Asi podríamos ver en tiempo real dónde están los ladrones, y los podemos apresar en el acto.

El teniente pensó que era una excelente idea, y cuando prendimos los GPS, nos enteramos que los premios ya estaban en el Desierto de Arabia, y en constante movimiento, por lo que la policía local desplegó un inmenso operativo para recuperarlos.

Ahí fue donde me desperté. Mi primer Grammy, y ni siquiera tuve la chance de disfrutarlo.

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