La dificultad de trabajar con una Bianca

Bianca es mi perra. Es como cualquier mascota, con hobbies perrunos: le encanta correr desaforadamente, dar 10 vueltas antes de acostarse, perseguir una pelota (y no devolverla) y pasear por el parque.

Así es ella en su “estado por defecto”

Como pueden notar, una perra común y corriente. Cuatro patas, dos orejas, dos ojos, una cola y una sonrisa. Como cualquier otro perro.  Pero he notado un peculiar cambio en su comportamiento. ESPECIALMENTE cuando estoy trabajando. Aparentemente, a Bianca le gusta la música. Pero no cualquier tipo de música. La diferencia aparece cuando empiezo a grabar.

Las voces no le llaman la atención. De vez en cuando, me mira cuando suena una guitarra (española, porque las eléctricas parecieran no interesarle), pero ni el bajo, batería, violines, flautas ni clarinetes le llaman la atención.

Hasta que suena el corno francés.

Pero no cualquier corno, ni cualquier articulación. A Bianca la enloquece el sonido del corno, especialmente cuando se lo toca portato. Casi como si estuviera obsesionada.

Trabajando en WotanWish You Could Hear o en tracks para Oceans 5, hago mucho uso de la orquesta. Obviamente, no todos necesitan del uso de bronces, y no siempre es necesario usar trompas.

Menos mal. En el MOMENTO en el que aparece un corno, Bianca automáticamente para las orejas, deja de hacer lo que está haciendo y mueve la cola. Eso no sería un problema, si no fuera por lo que hace cuando el corno es solista (o suena fuerte y claro).

Si, adivinaron. Se pone a ladrar como poseída. Pero no es ese ladrido de molestia de que algo le molesta. Es como un ladrido de emoción, de excitación, de felicidad. Es una especie de ‘OH DIOS MIO, ESTÁ SONANDO UN CORNO! OH DIOS OH DIOS OH DIOS’.

Naturalmente, si yo pudiera entender lo que dice y escucharlo en mi propio idioma humano, no molestaría. Pero lo que escucho es ‘WOOF WOOF WOOF WOOF, WOOF WOOF WOOF WOOF‘. Suficiente como para interrumpir cualquier grabación.

Pero, y acá está lo entretenido, en el momento que suelto la tecla, Bianca me mira como diciendo ‘papá ¿por qué dejas de tocar? Me gustaba!’.

Bianca, sabelo, tenés unas maneras muy extrañas de demostrar que algo te gusta. No le ladrás al plato de alimento cuando te lo sirvo. No le ladrás al pasto del parque, entonces por qué le ladrás a los parlantes? Asi no te puedo llevar al teatro a ver a la orquesta sinfónica!

En algún momento alguien inventará un diccionario codificador Corno-Perro. Hasta entonces, habrá que soportar que las Biancas del mundo nos ladren mientras intentamos hacer arreglos para bronces.

Lo que sí sabemos, es que donde haya cornos franceses, habrá Biancas.

¿Nunca tuvieron una mascota que no les dejara trabajar tranquilos?
Queremos saber!

Share : facebooktwittergoogle plus
pinterest



1 Responses

Leave us a comment


  • Daiana on

    Mi Bianca hermosaaaaa!!!!! Pocas veces en mi vida conocí un perro más raro q ella.


Leave a Reply